domingo, 27 de enero de 2013

No saber en que parada del metro te tienes que bajar, hace del viaje algo más interesante

Conseguir un lugar en la vida, creo que puede compararse con obtener un asiento en el metro.

Cuando consideras que has conseguido subir en la parada que tú eliges y si consigues entrar a la primera, claro está, ya que en algunas ocasiones el mundo está lleno de personas y no resulta tan fácil entrar en él, comienza el viaje para ti.

En primer lugar, al entrar buscas, da igual cual, un sitio, no importa mucho cuanto sitio necesites, tan solo el que hay, tan solo estar ahí.

Después cuando comienzas a percatarte como funciona el sistema de subidas y bajadas y cuales son los mejores sitios, ya has perdido algunas oportunidades pues se han montado algunos afortunados que han ocupado buenos lugares, sin pasar por donde tú.

Continuas agarrándote fuerte a cualquier lugar para no caerte y cuando se presenta la oportunidad, obtienes la ocasión de ir a esas zonas, un poco apartadas, pero más seguras, esas junto a las paredes que tienen como un pequeño sillón, que hará de tu camino en este viaje, un poco más confortable, aunque debes ser consciente, de que eres afortunado por el lugar que ocupas, debes saber que hay otros mejores aún, no conformase y pensar que es un buen lugar para reconocer el camino.

Finalmente y con un poco de ayuda, si alguien te cede su sitio o con otro golpe de suerte, en una de esas paradas que baja mucha gente, obtener lo que para todas las personas que respiran allá dentro, se considera un sitio afortunado, consigues sentarte, en un asiento normalito.
Pero para cuando eso ha sucedido, es tu parada, toca bajarse y has llegado al final del camino.
¿Demasiado tarde?
Mi propuesta, es sencilla, ve andando, porque para llegar al mismo lugar, mejor hacerlo de otra manera, disfrutando del paisaje y si no estás pendiente de obtener tu lugar en el mundo, quizás estando de pie, mires a los ojos de la persona que haga de tu viaje el más agradable y placentero, sin necesidad de demasiadas comodidades.

jueves, 17 de enero de 2013

Bajo el efecto de mi presión

No estoy seguro de ser yo mismo en este momento, no se, si lo seré alguna vez,
no tengo claro que lo que pasa por mi cabeza en este instante, sea real, fruto del efecto de la medicación o quizás resultado de seguir el camino de la palmadita en la espalda, no lo se con sinceridad. No lo se.

No se como decirlo, sin que quede plasmado, como escribirlo pero sin expresarlo.
No se cual es mi posición respecto al tema, nunca tengo ganas de llorar por ello, quizás porque no existan suficientes, pero tampoco demasiadas para sonreír.

Porque si lo lloras ha pasado, sucedió; si piensan en lo que llorarías, nunca lo harás, nunca lo vivirás.
Reconocer en ellos, lo que querrías vivir, no es nada más que una venda en tus ojos que impedirá que tus lágrimas empapen algo más que tus mejillas.

Creo que no hay mucho más por lo que ser uno mismo, tenemos la esperanza de terminar llorando, poseemos las lágrimas que hemos de derramar, dejemos que estas se malgasten en el tiempo, dejemos correr libremente los gritos que silencian lo que nos gusta.

Si comienzas a sentir frío a pesar de estar arropado, es que estás solo

domingo, 6 de enero de 2013

Frases

Lo que es inteligente, no es valiente.

Las personas correctas, aman a personas incorrectas.

Tenemos lo que creemos merecer.

No se que pasará la mitad de las veces, porque estaré intentando anticiparme.

¿Quién tiene miedo?

Pero....
           ¿por qué miedo?... y dejar que crean que tienes miedo.
Pero....
           ¿y por qué no?, ¿qué nos separa?, quizás, es solo el que yo quiera decirte que te quiero.

¿Miedo? ¿qué estás pensando?, ¿por qué estas pensando? ¿por qué no te lo digo? ¿por qué puede que no me mires igual?; Está bien, no quiero que lo hagas, no me mires igual, otra vez más así no.

Si la vida me ha sacado a bailar, ¿por qué me quedaré sentado?; quiero que me veas bailar y sino, sino lo habré arriesgado todo, lo habré perdido todo, pero lo habré ganado todo, habré ganado, mi libertad.

Si te toco, tiemblo para que no me notes temblar; si hablo, rezo para que no me escuches y ruego para que me sientas, me sientas ahí.

Sentirte complice, aunque de robar bancos se trate, porque puedo imaginar como sería, pero no puedo imaginar, como sería dejar de serlo.

Solo pensar que no me piensas, hace que deje de respirar, hace que deje de pensar.

Paras mi corazón, cuando lates junto a mi.

¿MIEDO?..... LO TENGO, solo debo de pensar, que no lo tengo.