domingo, 31 de julio de 2016

Esa punzada en algún órgano sin nombre, el momento de abrir los ojos, de hacer el esfuerzo de decirte que así será a partir de ahora.
Tu corazón comienza a palpitar con rapidez, tu mente quisiera huir a un rincón de su propia existencia, donde pudiera olvidar, flotar en un remanso de paz y tranquilidad.
Creo que podría llamarse pena, tristeza o nostalgia, no lo tengo muy claro.
Se terminó, me repito cada día, donde está mentira va cobrando fuerza y veracidad, en cada ocasión que vuelvo a ella.
Fue lo mejor, pero decir que es lo mejor, aquello que te desgarra por dentro, es complicado de justificar a un cuerpo que intenta sufrir lo menos posible, cómo convencerlo de que la guerra deja heridas que se ven y otras que sólo se pueden llevar y sin curar.

viernes, 22 de julio de 2016

HIJO DEL AYER Y HOY

Conocí a alguien, para que negarlo,
 hace mucho tiempo que lo conozco,
en ocasiones se equivocó, pero siempre estuvo ahí. A veces un poco gilipollas, pero como todos supongo, no creo que se enfade si lee esto.
Para no escucharlo, llegué incluso a ponerme los auriculares y subir el volumen de la música, pero tarde o temprano me iba a dormir y allí ya si que me decía todo lo que pensaba, ¿y quién lo podia ignorar?... yo desde luego no.
Pasó lo que tenía que pasar, que fuimos cumpliendo años y nos distanciamos, pero los buenos amigos nunca dejan de serlo, por tiempo y distancia que pase. Y me lo volví a encontrar, estaba en el metro en una parada cualquiera, tal día como hoy, estaba igual, alto, guapo y con esa mirada que es incapaz de ocultar nada; me estaba mirando a mí mismo, todo este tiempo, había sido yo, el mismo que esperó las largas noches a que me durmiese, el que hacía que riera cuando había que hacerlo y el que me dio cera cuando hice el tonto, YO todo el tiempo, pero lo olvidé.
A veces creo que le fallé, pero me supo perdonar, gracias a ello, creo que regresé.
Regresé a las noches de letras, a las mañanas de pensamientos, a la sensación de incomprensión que tan comodo me hizo sentir, a millones de años luz del mundo, pero tan cerca que soy capaz de apreciar las quimeras de los hijos del ayer y hoy.