sábado, 27 de agosto de 2016

Balance de 2016

Lo primero para escribir es encontrar esa canción que da igual las veces que la repitas, que cada vez que la escuchas, te hace sentirte mejor o peor, el caso es que despierte en tí algo desgarrador o algo supermotivador, que haga que digas o pienses lo que hasta el momento no habías sentido o atrevido a expresar.
Después de tener la canción, depende de cómo de bien o mal te sientas en ese momento, como de acompañado o solo estés en la vida, como de feliz o triste, saldrá de ti, aquello que no quieres ver.

Somos algo atípico en la vida, creo. Siempre me gustó pensar que lo de sentirse especial no dependia de como te vieran los demás sino de la visión de uno mismo y nosotros, solo depende de que nos lo creamos.
A veces en la vida, creo que hay no solo que aprovechar las fechas especiales o importantes para hacer balance, no se vosotros chicos, pero creo que este 2016 se está ensañando un poco  ......y también que no podemos esperar al 2017 para tomar ese impulso que te da el cambiar de peinado o ponerte tu camisa más bonita, sino que hablo de ese empuje que te ayuda a tomar decisiones que cambian vidas, que mueven corazones, que duelen a corto plazo, que descrebrajan a medio pero que curan a la larga.
Todos tuvimos un sueño y hablo en pasado, porque es inevitable, no acceder a esa parte de nosotros que la nostalgia conserva, pero sobrevivimos a él y eso nos enseñó que la vida tiene una extraña manera de cuidarnos. A veces tan solo nos deja miguitas de pan para que nos guié y los pajaros malvados del camino nos entorpecen para que nos desviemos, pero ¿sabéis qué?: que por muchas vueltas que demos, todos andamos perdidos en algun lado, pero lo importante es que seguimos tropezando en el viaje, y cuando caemos al suelo, somos capaces de ver los restos de esas migajas que nos indican que alguien pasó por allí antes que nosotros y continuó hacia delante.


domingo, 14 de agosto de 2016

Miedo

¿Dónde está el miedo?
El miedo a fracasar
El miedo a decepcionar
El miedo a equivocarme
El miedo a lo desconocido
El miedo a estar solo
El miedo a ser feliz
El miedo a que cuando algo va bien pasará algo que acabará con la felicidad
El miedo a no estar a la altura, de no poder hacerme cargo de aquello que tengo como responsabilidad.

A la deriva

Hay momentos de la vida donde tu estado de ánimo no depende de ti, donde estas a la deriva en un mar de sensaciones, y se sientas en la proa y solo rezas para que no haya ninguna roca en el camino que destroce los restos de tu barco naufragado, o que al menos si chocas, (porque lo harás) sea con algo que no te haga mucho daño. Y solo cierras los ojos y rezas, al dios del templo que estaba dentro de ti y que se marchó, y te dejó sin saber que sentir, sin nada propio, lo habías ignorado durante tanto tiempo que no vio la necesidad de quedarse. Un recipiente vacio que comienza a completarse de nuevo, pero el contenido no depende de ti, sino de la corriente en la cual se encuentres. 

Un dia de palabras falsas y silencios incómodos

Pasa el tiempo y la diferencia entre reir y llorar depende del segundo del reloj que marque, del momento del día en el cual esté repirando. 
Estos días tengo una curiosa sensación del hombre y es que nos encanta que nos compliquen la vida, que lo sencillo es para pardillos, que la adrenalina del sufrimiento mezclado con la intriga, que la pérdida de sueño en lugar de dormir a pierna suelta, crea más adicción que cualquier droga. Al final lo que buscamos es dependencia, no tranquilidad y devoción.
¿lo triste?.. que no falla, puede que como decía la película la mécánica del corazón no sea igual en todos, pero los engranajes no dejan de ser los mismos.
Determinadas características que hacen que salte el interruptor, pero que al igual que te encendió, es capaz de dejarte de nuevo en la penumbra, donde esperarán los que se dejan de complicaciones inútiles.
Las palabras están para utilizarlas, para decir la verdad, lo que se siente, lo que se piensa, no para interpretar los silencios o los eufemismos.