Pisa fuerte allá donde vayas, no para dejar huella, sino para que se te escuche.
Cometimos un error, dejamos que otros acallaran nuestras voces cuando éramos más pequeños y no sabíamos lo especiales que podíamos llegar a ser, las historias que esconderíamos tras unos libros y unas gafas.
Que desde distintos puntos de España, del mundo, íbamos a poder contar; triunfos y fracasos acumulados en un expediente que fue más allá del académico, ese que realmente importa, la diplomatura en desamores, el experto en manipuladores, el máster en decir que "No", y los distintos cursos de "aprende a ser tu mismo" o "no importa lo que digan los demás".... todo eso que nunca quedó escrito en ninguna hoja, pero que es la mejor carta de presentación ante la más importante entrevista que harás, la de trabajar por tí, por tu vida.
Amigos que siempre estuvieron ahí y que tras años salimos adelante, mientras recordábamos nuestros años en el colegio, en el instituto, la universidad y después en la vida.
Chic@s siempre creíamos que a nosotros no nos iba a pasar, pero aquí estamos luchando cada día, luchando por sonreir, por pisar y patear, ¿por qué no?, ¿quién dijo que teníamos que dejar que fueramos nosotros los que dejaramos pasar?; una cosa es educación y otras enseñar a educar y eso también cuenta, tanto como lo primero.
Soñar lo que queráis, quizás no lleguemos. Sigamos contando años, lejos o más cerca, la vida nos acercará o nos distanciará pero los hilos perdurarán eternamente, una llamada de teléfono, un wassap por tú cumpleaños, una cerveza, una noche de locura o un camino entero donde rozarnos con el suelo al caer, pero también con el aíre al volar.
Hacía años que contuve aquello que podía hacer que me sintiera juzgado, hoy os animo a ello, como entrenamiento, para que calque la frase de mi próximo tatuaje antes de hacermelo:..."tres cojones me importa".