viernes, 31 de mayo de 2013

Un Nombre Especial

Creo que siempre es capaz de sacarme una sonrisa, a pesar de que el día sea nublado.
Puede que ella tenga un día grís, puede que sea yo el del día blanqui-negro, pero los mejores, son cuando ambos, somos los que sabemos que no va a ir bien y aun así, reímos y, aún así, tiramos hacia adelante y aún así, sabemos que el mal o buen día  no depende "de lo que importa", depende de lo que realmente debe de importarnos.
Porque  no siempre nos lo autoaplicamos:  El Relativismo,  pero si podemos recordarnos que mañana seguiremos respirando,  que mañana seguiremos contando con la familia que no se elige y  que con los pocos que la vida nos deja elegir, podremos continúar.
Pocos tienen influencia en la vida de uno conforme pasa el tiempo, a pocos puedes creer cuando crees estar creciendo, pero cuando encuentras a alguien así, tan solo puedo dar las gracias al cosmos, al universo o a su madre, por dejarme disfrutar de ella.

sábado, 25 de mayo de 2013

Antonio Miguel Twelve points¡¡

A veces gestionar tu vida se convierte en algo ingestionable.
A veces intentar buscarle un sentido hace que signifique menos aún.
A veces y solo a veces deja de importarte que todo sea un descontrol a tus ojos, para centrarte con ayuda en ellos, que aparecen como los buenos en las peliculas,  al final, en el último momento, para salvarte de todo lo demás.

Cierto es que el tiempo pasa deprisa o al menos, existe una mayor percepción de ello y me hace preguntarme en aquello que ya ocurrió o lo que aún está por suceder.
Me gustaría decir que ha sido fácil o que ahora lo es, pero no es así, cada minuto, cada decisión, cada persona cuenta para la nota final, para el resultado de lo que hiciste, para el cómputo de horas vividas.
Intento obrar de la mejor forma que se, aunque no siempre es así o no  siempre acierto, pero quiero creer que existen señales que pueden indicarte en un momento determinado que no todo lo que puedes llegar a hacer está mal y que por lo menos si ese no es el camino, está paralelo al que tú querías llevar.

Despido con nostalgia los 23, ahora sí, cuando ya creí que habían pasado por mi, sin dejarme mucho por lo que recordarlos, pero justo en el último día, en los últimos minutos de relegarlos al cajón de los años inútiles, cobraron sentido y todos los recuerdos vinieron a mi para abofetearme y espabilar. Gracias a todos aquellos que a lo largo de este año y medio han ido cobrando importancia y que han hecho del día a día momentos a recordar, personas que han estado ahí, no solo ese día sino los demás.

De todos ellos, gracias especialmente a los reciente llegados a esta estación de metro llamada Antonio Miguel, donde ya se encuentran otros pocos hace unos años y que han decidido que quieren viajar conmigo y esperar a que llegue el vagón correcto.
Creo que no sería, justo sino subrrayara a mi compañero de fatigas, que me aguanta día a día, aquel que hace de psicólogo, cocinero, amigo y que se pone la careta de lo que sea, con tal de hacerme sentir bien, porque todo ello ya ha pasado y no podremos borrar lo que hemos significado el uno para el otro en este tiempo, y lo que nos espera aún.

Quizás sea otro de mis rollos infumables, otro manuscrito que tan solo me permita recordar dentro de un tiempo, pero es la mejor forma que tengo de agradeceros todos los abrazos, todas las risas, todos los buenos y malos momentos y cada uno de los consejos dados.
Vamos a por el cuarto de siglo (que pena por dios¡¡¡).

Tan solo recordar que a veces quien gana, no es el mejor, y que no estamos tan equivocados, solo que el mundo no tiene la razón.

domingo, 5 de mayo de 2013

Una cama para Dormir y un sitio para Vivir



A escasos minutos de marcharme y regresar a mi vida, este alto y descanso en el camino, cada vez más dilatado en el tiempo, ayuda a ordenar de nuevo la mente, pensar en aquellos que piensan en ti a menudo y tomar conciencia de lo importante en la vida, el día a día. Los grandes proyectos son necesarios, pero los pequeños son los que construyen lo que somos, los momentos de caminar en silencio en la oscuridad de la noche, de reir en el sofá, de perderte en los sitios de siempre y de recordar lo que fuimos y porque somos.
No muy amigo de esta ciudad que me vio nacer, no es algo nuevo, si lo soy de las 30 personas, una arriba una abajo, por las cuales creo que todo esto tiene sentido, familia y amigos que se molestaron en conocerme y seguir ahi, con mis rarezas con las suyas también y pasar año tras año, haciendo de lo mismo, algo diferente.

La fortuna de tener a mis padres, esas dos personas que se desviven antes de que pueda abrir la boca, que se han esforzado mucho, pero mucho por mi, que cada risa se la debo a ellos, porque cada gota de agua que recibieron fue de sudor y las heridas se las curaron con lágrimas, no importa lo que pase, pero ¿sabeis lo que es la seguridad?, pues es lo que siento cada vez que los miro.

Porque está bien soñar, porque está bien volar y porque crecer es avanzar, pero no debemos recordar que para soñar hace falta una cama para dormir, que para volar hace falta aire que te impulse y para crecer hace falta que alguien te alimente.
La realidad nunca es la misma realidad para todos, las distorsiones de ésta son relativismos que tienen que funcionar igual; igual que las utopías, tienen que hacerlo para seguir adelante como sea.

Ahora quiero seguir con el sueño, resolviendo los malos sueños y disfrutando de los buenos, volando con aquellos que han despegado cuando yo y creciendo algo más, a los 25 me planto.

No puedo con todo y nadie puede, pero lo intento, no abarco demasiado, abarco más, no voy a por todas, pero si tengo todas las opciones conmigo.